miércoles, 20 de febrero de 2008

Dibujo profundo

La dinámica de la clase de dibujo profundo es des-aprender las ideas preconcebidas de lo que se puede hacer en dibujo, que siempre son demasiado literales. Se busca que en los trazos por estratificaciones él descubra expontáneamente la riquezas de las transparencias, las sobreposiciones y la profundidad del dibujo.

















Florencia Lathrop, Felipe Hernández y Kevin Hernández discuten acerca de la técnica de dibujo profundo.


Andrés Lara concentrado en su dibujo por capas.

Sharon Castro trazando gestos intuitivos, base de la técnica.




Tairy Barquero y Gabriel García elaborando el dibujo


Ronit Liberman en el proceso de creación de su dibujo profundo.




Sergio Gutiérrez y Andrés Lara elaborando su dibujo profundo.




Diversos estudiantes del curso de dibujo básico elaborando un dibujo de técnica profunda, que se hace por capas y que va incrementando el interés al sobreponerse y leerse en profundidad, como se lee el microship.




Federico Montenegro dando las primeras capas al dibujo.




En este dibujo de Andrés Reyes se aprecia la profundidad, producto de dar diversas capas, por ejemplo una capa de trazos intuitivos gestuales, otra capa de trazos rectilíneos con instrumento, una capa a bolígrafo, una capa de color, una capa de borrador, y finalmente una capa de carboncillo.

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Dibujo por capas



Estos ejercicios buscan desaprender, desdibujar, desagarrar el papel y por ello hasta un trozo de "masking tape" es parte de lo buscado.



Ese gesto nervioso de Marlen, me evoca la pintura del holandés Karel Appel.



Esto es un gesto, un trazo gestual, como cuando quien danza mueve sinuosamente la mano proyectándo un juego de reverberaciones, luces y sombras que se mueven en el campo, que trascienden esos bordes del formato o soporte del papel para hacerlos porosos entre lo sensual, lo poético y concreto del trazo.











Hay que motivarse por encontrar detalles dentro del todo que traen consigo la fuerza del conjunto. Es un ejercicio fundamental en el arte y en el diseño, apagar las luces y que un foco nos indique ese lugar especial donde todo concuerda. Aquí no hay autoría, el autor son todos, porque yo mismo como el profesor puse un poco de mis propias energías aunque no dibujara nada pero los motivé a hacerlo, y estos son los resultados, dibujos que no son dibujos en el sentido tradicional, pero son como decantar la carga de sentido que impregnan los artistas japoneses en la danza buto o en su teatro, en un haicú que con poco dicen mucho.


A esto es que me refiero cuando hablo de fuerza, de actividad en el campo, de estratificaciones que se superponen para que emerja de entre ellas esa fuerza poderosa que cambia, que transforma. Detalle del dibujo de Miguel.


Los maestros pintores del expresionismo abstracto se sorprenderían de la fuerza evocativa de este dibujo.


Uno descubre una enorme poesía en ellos.


Este dibujo en particular es maravilloso, se descubre por sí solo: su composición, sus trazos, la intensidad y transparencias de cada capa.

Las chicas de este grupo tienen unos nombres dificiles de aprender, pero lo que recuerdo de ellas es esa belleza propia que emerge de sus adentros para impregnar el papel de gestos que me dicen más que cómo se llaman o de dónde vienen. Me sorprendo la fuerza que esos trazos son portadores.





Miguel, Ernesto, Sergio, todos van tras de sí, en una busqueda de un trazo que les identifique entre tantos modods de ser y estar en este mundo bendito por Dios que nos ofrece talendos y habilidades psicomotrices.





Florencia, Est'eban, Andrea, Sharon, todos ellos buscan dibujar con poesía, cargar el trazo de fuerza, el gesto que expresa pasión, sólo así se logra impregnar un dibujo de lo que deseamos: trascender el papel, desdibujar los bordes entre técnica y arte.





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